miércoles, 19 de agosto de 2009

Dias 2: Una sola palabra


¿Dos post tan seguidos significan que me estoy volviendo loca? No. Escribo tan seguido porque tengo más tiempo, y el hecho de no estar trabajando hace que mi cerebro digiera las cosas más rápido. La verdad me gustaría contarles los días siguientes de mis vacaciones, con lujo de detalles para que entendieran mejor lo que sigue a continuación, pero no lo haré. Si preguntan por qué, no tengo una respuesta exacta, quizás porque perdería la gracia.

En fin vamos al grano de todo esto. Estos días han estado cargados de una cosa llamada futuro. Hace muchos años, cuando soñar se me hacía más fácil, imaginarme que podría hacer mil cosas era creíble. Pasa el tiempo y te das cuenta que la vida que parece tan larga, en realidad se pasa en un parpadeo, y de las muchas cosas que quisiste hacer te tocará hacer algo muy complicado: escoger. Para algunos afortunados con un propósito en la vida eso suena muy fácil, pero para gente como yo: que quiso ser genetista, doctora, experta en inteligencia artificial, escritora o salvar al mundo de alguna forma… jeje, es un poco más… “complejo”.

Ya yo terminé lo que debía terminar, mi bachelor’s degree. En esa época los años pasaban más lentos, porque habían muchos principios y finales, pero cuando la universidad termina lo que sigue es una carretera abierta y recta sin paradas, sin curvas. Empiezas a trabajar, y pasan los años y si te quedas con eso, te das cuenta que pasaron 20 y tu apenas cerraste los ojos dos veces. ¿Y tus sueños? ¿Eres feliz? Y allí viene el asunto ese del propósito de la vida, de la razón que tiene cada quién para estar vivo.

Un amigo me decía que el no veía que la vida tuviese sentido si no se casaba y tenía hijos. Él está cansado de la soledad, y piensa que un hijo es lo único que es realmente tuyo, en quien puedes invertir, tu dinero, tus esperanzas… ¿estará en lo correcto? Si algo he aprendido también es que no hay cosas correctas o errores, simplemente hay caminos cada uno con su carga de consecuencias por haberlo elegido. La vida en esencia no es blanca o negra, es gris. Para mi amigo podría ser su verdad, su sentido, su camino. El mío yo todavía no lo encuentro. Aún quiero salvar al mundo de alguna forma, y quiero trabajar en una empresa de high-tech, tener una banda de rock y escribir un libro. Y estoy comenzando a aceptar que no podré tener todo, con suerte una de esas cosas. ¿Qué elegir?...

Ahora, que mis días 2 han estado plagados de otras cosas, que han llenado más el espacio que la primera. Love. Tengo que admitir que estoy totalmente eclipsada, que hace años no me sentía como me siento ahora. Hubo un tiempo (si, era yo muy soñadora, ¿o soy?) en que creía yo en “otras partes”. El mundo se ha encargado de enseñarme que las almas gemelas son todo un mito, y que el tipo de amor que yo soñaba vivir hace unos años es puramente ficción. Y pues, los acontecimientos de mi vida me hicieron crear un alto muro entre lo que sentía y el mundo al que me enfrentaba. Me obligué a anteponer siempre la razón sobre el sentimiento, y funcionó de muchas maneras. Por alguna razón que no logro adivinar aún, las veces en que fui de esa manera la pasé muy bien pero otros la pasaron mal (pensando egoístamente, las cosas salieron bien entonces). Y no sé tampoco porque si tú eres así con los chicos ellos se enamoran más fácilmente a que si tú los tratas bien, si eres la “pretty nice girl” que está pendiente, enamorada… Y sí, te diviertes… pero la soledad es tu única y verdadera compañera.

Todo fue así hasta que conocí al Señor A. He tenido que tragarme muchas de mis propias palabras, pero no cambiaría nada. ¿Qué si sufriré? Ya he llorado un poco, pero es parte del precio que hay que pagar por no ser de piedra. ¿Qué si durará mucho tiempo? Eso no lo sé, pero la incertidumbre es parte del paquete. Las relaciones humanas no son tan mecánicas como yo las he pintado siempre: tienen tantos matices como el espectro de luz, y son totalmente impredecibles. Y cuando es de verdad, ya tú piensas más en lo que puedes dar que en lo que vas a recibir.

Pues, algunas veces toca quitarse la armadura y romper la muralla. Y si te topaste con alguien que parece valer la pena, why not?

Entonces al final, enamorarse es como tirarse al vacío con los brazos abiertos: no se sabe si volarás o te estrellarás con el infinito, pero nadie te podrá quitar la sensación de sentir el aire rozando tu rostro, la adrenalina en las venas y la certeza de que estás vivo, aunque sea por un motivo que no entiendas.

Love… una sola palabra. Quizás la única que al final de todo tenga sentido… y no se trate de salvar al mundo entero, una sola persona de repente sea suficiente.

Dave Matthews Band – Too High
12:08 AM

martes, 18 de agosto de 2009

Día 1: 2 preocupaciones, 1 fiesta


Vacaciones, ¡al fin! En realidad iba a comenzar diciendo otras cosas, pero creo que el principio de todo son mis vacaciones, tan queridas después de año y meses de trabajar sin parar. Tampoco es que son muchos días, a lo sumo una semana, pero igual, ya se necesitaban… estaba yo hecha toda una “work addict”, si yo adicta a mis 25 años, ¡que desgracia!

Para inaugurarlas salí de reventón con mis amigotes. Tampoco es que pude tomar mucho porque yo iba manejando, pero algo se hizo y pasé bien la noche. Ahora, la noche me dejó dos preocupaciones: la primera, que en una gran parte de la fiesta me sentí fuera de lugar. Si… como cuando estás sentado solo en el parque y ves al resto del mundo correr: niños jugando, papás detrás, perros ladrando… todo un mundo a tu alcance y a la vez lejos de ti, porque ellos están tan metidos en lo que están haciendo que percatarse de tu existencia es casi un milagro. Así estaba yo esa noche: observando a mis amigos saltar, gritar, beber y yo preguntándome que hacía allí. Muchas veces he pensando que soy un ser esencialmente antisocial… si he de mencionar cosas que de verdad me hacen feliz, tendría que empezar con salir a ejercitarme, leer, tocar la guitarra, y todo eso lo hago sola… ¿será que algunos nacimos para estar solos, viviendo en un mundo al que no pertenecemos? Supongo que igual que muchas cosas, solo el tiempo me dirá la respuesta.

Lo otro que me preocupa es uno de mis amigotes. Nosotros nos tenemos muchísima confianza, y nos conocemos de hace bastante. Pero también hemos tenido varias peleas, porque yo lo quiero mucho pero como mi amigo, y se lo he dicho de mil y un maneras y el insiste en quererme de otra forma. Después de casi un año y medio de estar alejados, hemos retomado la amistad nuevamente. Y yo creía que él estaba curado… y no es que haya hecho algo específico que me diga que no, pero es un presentimiento, una sensación que no me abandona… la forma como me mira, como me habla, me dice que no ha superado el asunto… pues nosotras las mujeres o somos muy receptivas o simplemente nos inventamos muchas estupideces que sólo ocurren en nuestra cabeza. Pero, pensando que mi estupidez fuese cierta, yo no voy a cambiar lo que siento así porque sí, a mi o me gustan a la primera o no me gustan… que lo de “darse una oportunidad” ya lo he escuchado mil veces, y suponiendo que yo no anduviera con el Señor A, mi amigo es mi amigo y punto, sólo eso. Los hombres debieran darse cuenta que sí, hay casos en los que insistir funciona, pero hay otros donde simplemente tienen que aceptar que es no y punto. Eso de “quedarse cerca, para quizás un día…”, come on! Lo que tienen que pasar pasará, por quedarse estancados con esa idea de la mujer espectacular inigualable pueden estar dejando pasar una gran oportunidad. Vale mencionar, que eso no es exclusividad de los hombres, a nosotras también nos pasa, y yo de hecho viví algo así hace muchos años, por eso digo lo que digo. Uno se enamora tanto de la otra persona que lo colocas en un pedestal, en el que ningún otro u otra puede igualarlo. Al final te caes y te estrellas, porque una cosa es que te quieran mucho como amigo, y la otra que te quieran como pareja.

Pero ya en resumen, por si las moscas y mi paranoia resulta cierta, creo que lo mejor que puedo hacer por mí querido amigo es ser su amiga pero limitar las confidencias que le hago. Del amor al odio hay un paso, y alguien que siente odio no es precisamente benevolente, y la venganza puede resultar demasiado atractiva.

Alanis Morissette – Would Not Come
8:53 PM

miércoles, 12 de agosto de 2009

Revenge, se escribe con sangre


No, no soy una persona rencorosa. Al menos no creo serlo. No me las voy a tirar de santurrona tampoco, pero puedo jactarme de decir que casi nunca he hecho las cosas con mala intención, como quien dice con ganas de joder al otro. Si he fregado a alguien ha sido por descuido, daño colateral, or something like that. Pero no porque quise. Hoy si tuve ganas de hacerlo, y muchas, porque me jodieron a mí.

Un error común que uno puede cometer es pensar que los demás piensan como uno. Y vaya que si es un error: te encierras en las cuatro paredes de tu cabeza y solo admites como posible aquello que se concibe dentro de ellas. Pero sabes qué: Hello!! Afuera hay un mundo, y miles de cuadros con ideas muy diferentes a la tuya dentro. Y créeme que a diferencia tuya, hay muchos que en lugar de encerrarse, merodean por las de los demás para ver cómo sacarle provecho.

Ahora que de donde viene todo este sermón: como dije al principio, me jodieron. Grité, maldije, y ¿saben qué? Eso no cambia las cosas… (al menos me sentí un poquito mejor jeje). Pero no, no las cambia. Lo que más me revienta es la palabrita que pasa como un banner por mi cabeza a cada rato: INGENUA. Eso es lo que más rabia me da. Que uno peca de ingenuo y por eso lo agarran de …. “tonto”, para no usar la otra que hace más acertada la frase.

Igual en el trabajo. No con todo el mundo se puede ser amable ni servicial porque te agarran de congo. Ay si, duele admitirlo pero muchas veces me he sentido así. Pero de los golpes es que se aprende, es igual cuando se entrena para una competencia: tienen que dolerte los músculos para saber que trabajaste, “no pain, no gain”.

Mi consuelo de todo esto es mi mamá. No es que mi madre sea una conga, al contrario, es la persona con más carácter que he conocido en mi vida, no muchos se atreven a retar a esa señora. Un día de estos le pregunté si cuando tenía mi edad ya poseía ese magnífico arte de saber cómo ubicar a todo el mundo. Y saben qué, la respuesta fue: “muchas veces me agarraron de conga, pero así aprendí”. Y yo solté un suspiro de alivio. Porque significa que sí, que algún día sabré lo suficiente del arte de tratar a los demás como para evitar errores como el que cometí.

Y pues, ¿venganza? Después de escribir esto como que mí enojo se ha disipado un poco. Mañana cuando ya mis emociones se hayan calmado, entonces veré si me conviene vengarme. ¿Justicia divina? Pues, yo estoy convencida de que sea divina o no, en esta vida todo se paga, y si no es en esta es en la otra. Aquí lo importante es decidir si uno quiere ser el verdugo. En esta ocasión, nada me sería más placentero que eso.

Jueves, 13 de agosto 2009.
12:22 AM