Tengo 27 años, y las cosas empiezan a pintar diferentes. Si, muchos me dirán que estoy joven aún, pero
resulta que ya en el súper me tratan de “señora” no de “joven”, mis primos que
vi de bebé ya son adolescentes, no soporto a Justin Bieber (que es uno de los
artistas más apreciados por los “jóvenes”) y Britney Spears y los Backstreet
Boys son parte de la historia musical (WTF!).
A, y le preguntas a uno de los teenagers de ahora quién es Goku o Seiya,
y no saben. En fin, como dicen al inicio
del Señor de los Anillos: “The world is changed”.
Yo siempre me he sentido una vieja al lado de mis contemporáneos, en cierta
forma siempre he sido más madura que el promedio en casi todas las etapas de mi
vida. Pero en los últimos tiempos me
estoy sintiendo vieja de verdad: salir
de fiesta y llegar con el sol ahora es pecado (por no decir que a las 3 am ya
tengo sueño), mis amigos se están empezando a casar o a tener hijos, casi todos
ya se tiran al hombro o una hipoteca o una maestría o ambas cosas… ya pasaron
los tiempos aquellos donde las trivialidades ocupaban todo el día, ahora todo
el día lo ocupa uno en las trivialidades pero de otro. Es como si al estar trabajando estuviésemos
vendiendo nuestras almas por unas horas al mejor postor, con el propósito de
pagar las cuentas, comer y hacer todas aquellas cosas que hace un ser promedio
en esta civilización. Que si nos ponemos
a ver bien… regalar 8 horas o más a otro, y más si es haciendo algo que no nos
gusta… diablos… WTF!
Por eso definitivamente la mejor época de la vida es cuando uno está en el
colegio, o los primeros años de la universidad.
Uno en esos momentos lo ve todo complicado y malo: que si me quedo en
tal materia, que no tengo dinero para comprarme un auto, ay que no me dan
permiso para salir (espérate que tenga la mayoría de edad y verás)… y un largo
etcétera que ahora se ve tan, pero tan fácil y simple que uno se pregunta como
le molestaban tanto esas cosas en esos tiempos.
Hasta enamorarse es más sencillo y bonito: fíjate, entre los 16 y los 20 el amor es para
siempre, sientes que flotas, generalmente el otr@ está “limpio”, en todos los
sentidos (haha si, probablemente tenga poca o no tenga mucha experiencia
sexual… aunque esto es relativo y más en estos tiempos), lo que sí es que a esa
edad uno está menos dañado emocionalmente.
Si, porque con los años uno adquiere madurez emocional a costa de muchos
golpes generalmente, y sí, ahora podemos hacer las cosas mejor porque en teoría
ya sabemos como “no” se deben hacer, pero igual nos vamos llenando de mañas que
hacen que tengas 27 años y no seas una persona simple, sino más bien
complicada.
De haber sabido todo lo que sé ahora cuando tenía 20 años…. Uff… otra sería la histora. Ahora entiendo muchas cosas…. Cuando yo tenía
22 años andaba con una persona que tenía 28 años... todo es más claro ahora.
Me gustaría decir que si pudiera echar el tiempo atrás cambiaría muchas
cosas, pero la verdad es que no cambiaría nada.
Por aprender se paga un precio, y si no hubiese pasado todos los malos
tragos que he tenido sería alguien completamente diferente.
El asunto es que tengo 27… entonces hay un tic tac que me martilla la
cabeza todos los días. No he terminado
mi maestría, ni pensar en el doctorado.
No soy dueña de mi destino aún.
No he agarrado ni una cinta de color en el tae kwon do, no me he tirado
de un paracaídas y todavía no compro mi primera casa. ¿Cuándo entonces? ¿Qué diablos estuve haciendo los últimos 4
años? A, y ni mencionemos el amor. Cada día que pasa me convenzo más de que de
nada me sirve tener pretendientes, o de que me digan que soy especial, bonita,
inteligente, etc etc etc… si al parecer no hay un match para mi…al parecer voy
a terminar sola escribiendo en un blog o con suerte escribiendo libros, pero en
fin sola. O como me dice mi hermano
“serás la tía rara”. Rara, porque según
él, yo soy rara (¿sólo porque me gusta el rock o soy complicada?)...
Muchas cosas que hacer y yo perdiendo mi tiempo, 12 horas todos los días
dedicadas al imperio de alguien más.
Dicen que uno debe dormir 8 horas, trabajar 8 y dedicar las restantes 8
a ti mismo, en algo que te haga feliz.
¿Se me está pasando la dosis no?