Cuando era niña, recuerdo que odiaba contestar el teléfono; me invadía el pánico si tenía que hablar con alguien que no conocía. ¿Cómo le llamas a eso, timidez? No sé si sea el nombre más apropiado, pero eso era lo que sentía. Y evadía lo más que podía el tener que hablar con alguien para pedirle o preguntarle algo, fuera familia, conocidos de mi mamá… en fin… al final siempre me obligaban, supongo que en un intento de hacerme “desenvolver”, pero que va, igual me entraba la pena. ¿Ustedes recuerdan ese dicho de que “se pegaba a las faldas de la mamá”? Bueno, esa podría ser una explicación perfecta para mi actitud.
El asunto es que el tiempo pasó y hoy en día me toca llamar a gente que jamás he visto, como hoy que me tocó hablar con un encargado para que asistiera a personal mío que iba estar en su área realizando unos trabajos. Por eso salió a relucir todo este asunto.
Si se pone uno a pensar, a veces la realidad supera las expectativas, para bien o para mal. Hace unos años ni siquiera mi imaginación podría ubicarme en el lugar que me encuentro ahora. Tampoco crean que estoy como en “Princess Diaries”, en un trono o algo por el estilo (¡ojala!), simplemente las cosas han cambiado mucho en un periodo que para mi han sido como mil años, pero viéndolos objetivamente han sido unos pocos. Por eso hace un tiempo cuando alguien hablaba conmigo, y me contaba como creía que su vida sería igual en 5 o 10 años, un alguien con todos los planes para su vida medio frustrados (o por lo menos así lo creía él), no pude menos que pensar en lo inverosímil que me parecía su idea, creámoslo o no, las cosas siempre cambiarán. ¿Por qué no pensar que el futuro puede ser mejor de lo que hemos soñado, de lo que es nuestro día a día, a pesar de que los hechos a veces nos empujan a pensar que ese cambio es imposible? Será que soy muy joven aún y la vida no me ha terminado de ahogar, pero yo pienso en el futuro, y aún creo posible que en algún momento sea la feliz dueña de un apartamento en Central Park y un garaje como el de Lara Croft. Why not?
A veces me da un poco de miedo también, porque ya estoy en la parte esa donde tengo que elegir. Es imposible que pueda tener todo, o por lo menos no he encontrado la forma (un día lo creí posible, entonces me caí de la cama). Yo lo digo porque en mi vida quiero hacer muchas cosas, pero no tengo tiempo para realizarlas todas, ni energía. Hay que elegir un sueño y meterle todas las ganas del mundo para volverlo realidad. Uno, dos a lo sumo. Y todo es así eh, “elecciones”, mira por ejemplo, o estudio un post grado o un máster nada más por el gusto de saber, o estudio algo porque es bueno para mi carrera y quizás me dé mejores oportunidades. Escoger entre lo que debes o lo que quieres, ¿y si lo que debes es para lograr algo que quieres aún más? Ah, de seguro ya los enredé.
El punto es que ya me equivoqué una vez al pensar que podría hacerlo todo, ¿será que me estoy equivocando también, creyendo que puedo superar mis expectativas? Yo espero que no, porque entonces se me acaban las buenas razones para estar viva.
Alguien me contó una vez que en la vida hay cuatro cosas importantes, de las cuáles uno puede tener solamente tres, para mantener el equilibrio: familia, amigos, dinero y salud. ¿Cuáles elegirías tú? Yo prefiero seguir siendo la ingenua optimista de que se pueden tener las cuatro, hasta que la vida me demuestre lo contrario…
Garbage – The World is Not Enough
10:59 PM