“Peace
is a lie, there is only passion.
Through passion, I gain strength.
Through strength, I gain power.
Through power, I gain victory.
Through victory, my chains are broken.
The Force shall free me”.
Sith Code.
Desde que tengo unos 12 años,
recuerdo que el 31 de diciembre decidía ponerle un nombre al año: “el año del
cambio”, “el año en que comienzas a hacer las cosas bien”, “el año de no
rendirse”… ese tipo de nombres. Quizás
es como dice mi fantasma personal: que los seres humanos necesitamos “closures”,
necesitamos ver la vida por etapas, saber que puedes terminar una, pero más que
nada saber que puedes empezar de nuevo, que tienes una oportunidad más de hacer
las cosas bien, o al menos, mejor que antes.
En estos días me estaba
obligando a pensar en un nombre para el 2012, pues no le di uno como la
costumbre dictaba a inicio de año. ¿Cómo definir un año, que no fue tan trágico
como el 2011, pero igual no ha sido uno de los mejores años de mi vida? Sin embargo, fue igual de bueno también. Creo que ahora si puedo decir que realmente
conozco mi país, porque viajé lo que no había viajado en todos mis demás años
de vida. Estuve en el exterior una
temporada también, un mes y medio aproximadamente (disque de “training”, que al
final resultó ser más que nada un paseo).
Sin embargo también tengo que admitir que este año pasaron cosas que
fácilmente puede incluirlas en el listado de las que más me han dolido. También puedo mencionar que específicamente
desde este año, he empezado a ver el mundo con otros ojos… no sabría como
explicarlo, pero es como si vieras y escucharas a los chicos que están entrando
en los veinte y pensaras: no sabe lo que le espera, no tiene idea de lo que el
mundo es. Si, no es que me siento vieja,
pero sé que ya no soy la niña que era antes.
“He visto el mundo, y el mundo me ha visto”.
Quizás podría definir el 2012
como el punto crítico de mi crisis existencial, que lleva gestándose desde hace
unos cuantos años cuando me di cuenta que soy algo diferente al resto de las
personas. He encontrado la manera de
encajar en el mundo, de “mimetizarme”, pero la verdad es que yo y este mundo,
al menos este lugar, no concordamos.
Estoy viviendo una vida que no refleja para nada lo que yo soy. El punto de partida es lo que hago para ganármela,
tema de múltiples menciones en este blog, porque seamos honestos: podré haberme
graduado de la escuela de ingeniería, y relativamente con buenas
calificaciones, soy lo suficientemente buena en mi trabajo como para ser parte
del staff oficial, recibir bonos y aumentos periódicos de salario… pero yo, no
disfruto lo que hago. No voy a decir que
lo odio (aunque hay días que sí, la mayoría) pero yo no me vi a punto de
cumplir 28 años y haciendo lo que hago.
Me ví con un doctorado, investigando virus extraños o alguna otra cosa
rara, tratando de encontrar la verdad de este mundo… escribiendo libros, o
incluso quizás tocando en una banda de rock.
Me ví de muchas formas y terminé siendo el ser humano promedio: un trabajo
de 8 a 6, un auto normal, en una vida rutinaria. Si, “rutinaria”, el cuco que también se comió
la relación con el único hombre que realmente he querido en mi vida.
Entonces… 2012, te agradezco
los paseos, pero todo lo demás te lo puedes agarrar y metértelo por donde mejor
te quepa, porque honestamente espero no recordarte.
“Being a phantom who wants to
become reality”.
“Now in my remains
Are promises that never came
Set the silence free
To wash away the worst of me”.
… Linkin Park.
Añado una cosita más antes de
que olvidemos el 2012: me leí veinte libros en el año, el doble del año
pasado. Eso me hace supremamente
feliz. Uno en especial ha hecho que mire
las cosas un poco distintas: Steal Like an Artist. Me hizo entenderme un poco mejor, y me ha
dado un par de luces sobre lo que tengo que corregir para poder ser la
escritora que siempre he querido ser. Y
contrariamente a lo que yo pensaba, no tengo que renunciar a ser pintora o ser
música, ¡puedo serlo también! Porque
precisamente eso es lo que hace que lo que uno escriba sea distinto: procesar
todas aquellas experiencias, aquello que amamos y que nos lleva a concluir en
otras cosas y crear algo con nuestro sello personal. Ese libro me dio esperanzas, algo de lo cual
no he tenido mucho últimamente.
Hay muchas cosas que hacer y
que definir en el 2013. He estado en el
limbo. Esperando no se qué, sin hacer nada por salir de esta vida que odio. Creo que no necesita un nombre, tampoco necesita un plan. El 2013 lo que necesita es acción, cambios, modificar mi paradigma.
Y está lo del amor. Después de la gran decepción, de pensar que
ya todo estaba perdonado y olvidado, me doy cuenta que el perdón es más difícil
de lo que uno piensa, entre más quieres más duele, más cuesta. Entonces mi fantasma resulta ser alguien que
me comprende en muchas vías que nadie lo ha hecho, pero borrar el pasado es
imposible. ¿Cómo se puede sentir tanto y a la vez tener tantas razones para que
algo no funcione... y a la vez, lo más importante es lo que funciona? Honestamente, mi vida
es todo un drama, algún día debería escribirlo porque a veces ni yo misma me
creo como tengo todas las complicaciones que tengo. Pero ante situaciones así se sigue adelante,
hay cosas por las que vale la pena luchar, en las cuales tu tomas el rayo de
esperanza que te queda para que te guíe por la oscura noche. ¿Por qué?
No hay respuesta para eso… pero se me ocurre pensar que todo en la vida ocurre por una razón, independientemente de que la conozcamos o no, y la otra cosa es lo que le dijo a alguien su padre: ¿Para qué
nos caemos?... Para aprender a levantarnos. Olvidando el dolor, el pasado, y el mundo yo tengo una certeza y a eso le estoy apostando todo.
En el último libro que leí, en
un futuro no lejano una raza de seres humanos con poderes síquicos gobierna el
mundo, a estos humanos las emociones les impiden controlar correctamente sus
poderes, porque siempre se dejan llevar por la ira, y de alguna forma el lado
oscuro predomina. Entonces, encuentran
que la solución para tener el control es “el Silencio”: un lavado cerebral para
borrar toda emoción. En fin: ¡mi
utopía! Desde el día en que alguien me
dijo que era débil por sentir dolor cuando te hieren me propuse ser lo más
carente de emoción posible. Y lo he
logrado, parcialmente… pues he creado un muro: si estás fuera no me importas,
el problema es con los que están dentro, la gente que quieres son aquellos que
más fácilmente pueden destruirte. Entonces..
pienso si en verdad… más bien, a veces quisiera agarrarme la mano y arrancarme
el corazón y dejar de sentir. Según los
“Sith”, la pasión es lo que te lleva a tener fuerza para romper tus propias
cadenas… según los “Jedi”, solamente sin emoción se llega a la armonía
necesaria para estar en paz con la “Fuerza”.
¿Cuál es la respuesta
entonces? ¿Cuál es el camino correcto? ¿Qué
hacer en 2013 para salir del limbo? En este preciso momento no tengo la menor
idea. Solo sé que como todo en la vida,
no puedo irme por ninguno de los dos
extremos: la emoción te da la fuerza que necesitas, pero al mismo tiempo tienes
que estar en paz. Solo de esa manera
creo que podré usar la fuerza, y convertirme en aquello que estoy destinada a ser.
Miércoles, 2 de enero, 2013.
6:25 AM
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