sábado, 1 de enero de 2011

2011: Change or Die!


2010 no ha sido precisamente mi mejor año.  Por eso anoche, cuando los fuegos artificiales anunciaban que se había ido y comenzaba una nueva época,  lo más que pude sentir es cierto alivio y un poco de miedo también, porque es aterrador pensar que este año siga el mismo patrón que el año anterior.
Profesionalmente, ha sido un año de logros, reconocimientos, viajes.  No puedo quejarme.  Increíblemente a pesar de que todo el mundo piensa que soy afortunada, para mi ha significado mucho pero mucho estrés que manejar.  Estrés que ha decantado en dolores de espalda, gastritis, falta de sueño y cansancio eterno, que te deja sin ánimo para realizar otras cosas.  2010, un año puramente de trabajo.  Tuve que dejar a medias dos cosas que me encantaba hacer porque el trabajo no me lo permitió, pero también porque yo no luché lo suficiente para  poder obtenerlo.
Lo que me preocupa del 2011 es que los años luego de salir de la universidad se van demasiado rápido.  La percepción del tiempo se hace diferente,  el correr de los días es más veloz, y cuándo menos te das cuenta resulta que ya se fue otro año.  Y en el que viene voy a cumplir 26, lo cual es aterrador si me pongo a ver que en mi plan de vida, a esa edad debería estar haciendo otras cosas.  Debí tener una maestría al menos, al menos un libro escrito, al menos saber en qué enfocar mi vida.  Y resulta que me encuentro en un limbo: una carrera que no está mal, pero que no me emociona y la cual no me veo ejerciendo en cinco años más,  desgano, estrés continuo y sin propósito: las cosas dejaron de tener un sentido, la vida, mi vida más bien no lo tiene.  Me he ido alejando de todo el mundo, y quizás eso explique por qué hoy que es un día usualmente de fiesta, estoy sola aquí en mi apartamento meditando en esas cosas.  Meditando porque no pueden seguir igual, porque cada día que pasa me hundo más y más.  Y para ser sincera conmigo misma, ya estoy cansada de autocompadecerme y amargarme porque no he sabido hacer las cosas bien.
Algo positivo de los inicios de año, es que te da la oportunidad de delimitar lo que has hecho antes, y lo que harás.  Y la verdad no está mal que nos tomemos un rato para pensar en aquellas cosas en las que debemos poner nuestro empeño.  Porque de nada sirve remar con todas tus fuerzas si no  sabes a qué dirección te diriges.
Así que el 2011, cambio o muero en el intento. 

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