Si, así deberíamos rebautizar la canción según yo. Como diría un amigo mexicano que tengo: ¡Qué mamada (esto de la navidad)! Para mi esta época es sinónimo de tranque, gastos obligados (porque ni modo que me aparezca en la fiesta familiar sin un solo regalo), pasajes de avión para ir a casa, planeación del viaje, otros dirían libras de más pero a mí comer nunca me ha importado (porque para eso hago ejercicios), aunque este año me tendré que limitar en algunas cosas gracias a mi gastritis… en fin… ¡Qué hartera!... Ya escucho a la horda tirándome flechas por ser un grinch… pero vamos y les cuento…
Pues, no es que toda la vida he odiado la navidad. Cuando estaba chica recuerdo que era una de mis fechas preferidas del año, resultaba toda una aventura ayudar a mi abue a armar el arbolito, luego el nacimiento, y por supuesto oir sus regaños cada vez que tomábamos una de sus “piezas de colección” como si fuesen hechas de plástico. En esos tiempos adoraba arreglar la casa, hacerle la carta a Santa, ir a las jugueterías a ver que podía meterle a esa carta, hacer la cuenta regresiva para el 25… entonces pasaron los años y me convertí en lo que soy: una cosa verde que detesta la navidad. Ja, y pensar que el 24 ni podía dormir de la emoción!… así que... no sé cómo llegué a este estado “ateísta navideño”.
Pues, no es que toda la vida he odiado la navidad. Cuando estaba chica recuerdo que era una de mis fechas preferidas del año, resultaba toda una aventura ayudar a mi abue a armar el arbolito, luego el nacimiento, y por supuesto oir sus regaños cada vez que tomábamos una de sus “piezas de colección” como si fuesen hechas de plástico. En esos tiempos adoraba arreglar la casa, hacerle la carta a Santa, ir a las jugueterías a ver que podía meterle a esa carta, hacer la cuenta regresiva para el 25… entonces pasaron los años y me convertí en lo que soy: una cosa verde que detesta la navidad. Ja, y pensar que el 24 ni podía dormir de la emoción!… así que... no sé cómo llegué a este estado “ateísta navideño”.
Quizás es porque la navidad cae en mi “periódo número 7”, el destructivo. Según ***, todo se divide en periodos de siete, incluyendo por supuesto el año, un aproximado de 52 días para cada periodo, donde cada uno tiene una serie de “tendencias” favorables y desfavorables. Más detalles ya están para otra entrada, pero el asunto es que en el número 7 es cuando se acaba todo, la peor época del año porque allí las cosas deben morir para renacer en el siguiente. ¿Un absurdo? Quizás, pero me hace gracia mencionarla.
Pues no sé, será que me da el síndrome de la depresión navideña, que según los sicoanalistas de hoy en día es bastante común por estas fechas. Hoy salí a hacer unas vueltas y me topé con la gente haciendo su arbolito, adornando locales, y me recordó que para empezar, estoy lejos de mi casa, que adoro al chico con el que estoy pero nuestro futuro es muy incierto, que mi vida se ha convertido en la rutina que me juré hace años que no sería… en conclusión: por alguna razón, en estas épocas uno se siente más miserable que en el resto de las otras. Y será por eso que no me gusta la navidad.
Pues no sé, será que me da el síndrome de la depresión navideña, que según los sicoanalistas de hoy en día es bastante común por estas fechas. Hoy salí a hacer unas vueltas y me topé con la gente haciendo su arbolito, adornando locales, y me recordó que para empezar, estoy lejos de mi casa, que adoro al chico con el que estoy pero nuestro futuro es muy incierto, que mi vida se ha convertido en la rutina que me juré hace años que no sería… en conclusión: por alguna razón, en estas épocas uno se siente más miserable que en el resto de las otras. Y será por eso que no me gusta la navidad.
También que la navidad se ha convertido en un negocio, igual que San Valentín o el día de la madre: no más que una maquinaria de mercadotecnia para tirar el dinero por la borda. Algunos dirán que es bueno compartir y demostrar afecto, pero a ver, ¿por qué no demostrar afecto el resto de los días del año? ¿Es que acaso hay que demostrar lo que se siente cuando la sociedad lo dicta?
Ya para no aburrir más con esto, pues, la navidad es todo eso, es un artificio consumista, una conmemoración religiosa para quienes lo creen, y para mí, un par de días libres para regresar a casa, aunque una parte de mí se quede en esta ciudad. Y refunfuñaré todo lo que quieran, porque me da mucha pereza ya hacer lo de los arreglos de la casa (de los que me salvo ahora que vivo lejos), me dan rabia los embotellamientos de tráfico desde la semana pasada, también la multitud a la hora de ir a un mall, los villancicos, pero al final, ¿qué carajos puedo hacer? Si todos tienen el cerebro lavado con rojo y verde! Así que ni modo, si no puedes con ellos a unírseles, porque eso sí, lo del pavo y el jamón no me lo pierdo por nada del mundo!
Hola!!!
ResponderEliminarCreo ser hija del Grinch, ya que no me gusta la navidad, antes la consideraba una epoca muy bonita, la mejor del año, antes era un niña, ahora me pregunto ¿Y que caso tiene la navidad? si no tengo a toda mi familia junta, quisiera regresar el tiempo y ser feliz, pero no se puede y ni modo, la navidad se ha convertido en un dia cualquiera en mi vida, no le encuentro sentido a por que cenar en familia, si solo es un gasto mas y un chingo de trabajo para quien cocina o por lo menos para quien pone la casa para que todos lo gorrones vallan, Dios nacio hace años, pero no nacio con tantos gastos, no eran ni son necesarios.
ODIO LA NAVIDAD!!!!!!
¿POR QUE CELEBRAR?, SI NO TODO EL MUNDO ES FELIZ
Na' yo ni la odio ni nada, solo me da igual, otro dia mas del año, uno en el que tienes un pretexto pa ponerte briago, o para juntarte con la familia, como si se necesitara pretexto para eso, pero bueno, yo solo digo Feliz solsticio de invierno a todos!
ResponderEliminarPues otro año más y definitivamente: odio Navidad.
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